Ya que las experiencias pentecostales llegaron primero a las iglesias protestantes históricas (como la anglicana o luterana), la frase
, quien en 1962, comenzó a emplear el término carismático para describir lo que estaba pasando en las iglesias protestantes históricas, las más tradicionales. Confrontado con el término neopentecostal, habló de una "renovación carismática en las iglesias históricas.
Es un proceso paulatino de recuperación de la experiencia o experiencias pentecostales en la
Iglesia Católica, renovando así la
espiritualidad católica, promoviendo como su corazón y fundamento la recepción de una experiencia espiritual frecuente en los primeros tiempos de la Iglesia llamada: el
bautismo en el Espíritu Santo.
4 Este es su corazón y propósito, trayendo como consecuencia normal la aparición de carismas. Se le llama también y más frecuentemente en los países de tradición católica, efusión (outpouring), y menos frecuentemente despliegue o manifestación (release) de las gracias ya recibidas en la iniciación sacramental cristiana.
Los católicos que han recibido esta experiencia, normalmente a través de cursos, retiros, o una forma de preparación llamada los Seminarios de Vida en el Espíritu comparten su oración comunitariamente, y en ocasiones multitudinariamente (especialmente con
alabanza y
adoración) a Dios. Y para mantenerse en esta vida se busca una conversión radical a
Cristo como Señor y Salvador, una activa comprensión de los
sacramentos entendidos como "gracias" por las cuales el
Espíritu Santo da los
carismas y
dones, que se manifiestan en el testimonio de vida. La corriente carismática también busca "avivar" la
liturgia a través de la alabanza y la adoración, que es acompañada con elementos musicales y signos que expresan la acción del Espíritu así como el fuerte acento en una misión de evangelización hacia los propios fieles de la Iglesia.
Aunque inspirado en la experiencia del
pentecostalismo, el movimiento carismático católico no busca romper con la tradición, dogmas y estructuras organizativas del catolicismo sino que, al contrario, intenta contribuir a revitalizarlos. Por ello, si el carismatismo es dinámico e innovador en su concepción de la práctica religiosa, es por otra parte conservador en el plano dogmático.
Historia
Tuvo sus orígenes en 1967, cuando un grupo liderado por
William Storey y
Ralph Keifer, dos profesores laicos de la
Universidad de Duquesne, en Estados Unidos, decidieron orar juntos, para pedir
el bautismo en el Espíritu Santo. Por influencia de dos jóvenes laicos del
Cursillo de Cristiandad,
Ralph Martin y
Stephen B. Clark, leyeron un libro pentecostal llamado
La Cruz y El Puñal, en donde se narraba el ministerio cristiano de un pastor
pentecostal entre pandilleros neoyorkinos. La lectura llevó a los interesados a acudir por indicación del párroco episcopal de la Iglesia Christ Church (Pittsburgh), a un grupo de oración ecuménico, en casa de
Florence Dodge, una presbiteriana carismática, en donde recibieron su primera efusión pentecostal en el Espíritu Santo.
5 Luego habrían recibido el llamado "
don de lenguas" y otro tipo de
carismas, como el de sanación, que son típicos de toda corriente
pentecostal o
carismática en cristianos de otras denominaciones. En poco tiempo el "fuego" se propagó a otras universidades, como Notre Dame, en Indiana y East Lansing, en
Míchigan.
Del 8 al 9 de abril de 1967 noventa personas, entre ellas algunos sacerdotes, se congregaron en la
Universidad de Notre Dame en un retiro, para reflexionar sobre los acontecimientos producidos en sus vidas, así como contextualizar la experiencia carismática dentro del libro de los
Hechos de los Apóstoles, así como una nueva comprensión de la acción del Espíritu en la iglesia, produciéndose entre ellos una fuerte experiencia con el Espíritu Santo. La narración centrada en la experiencia de Duquesne la recogió el teólogo
Kevin Ranaghan, y la relata en su libro
Catholic Pentecostals (Pentecostales Católicos), y la experiencia de Notre Dame está más desarrollada en el libro de
Edward O'Connor,
The Pentecostal Movement in the Catholic Church (El Movimiento Pentecostal en la Iglesia Católica).
A los pocos años de su nacimiento, la "renovación" traspasó las fronteras de los Estados Unidos. A comienzos de los años 70, el movimiento carismático arribó a
América Latina, cuando algunos predicadores
protestantes bautistas y
católicos, en particular
Francis MacNutt, fueron invitados por el sacerdote colombiano
Rafael García Herreros,
eudista, quien dirigía una fundación social y eclesial llamada "
Minuto de Dios" para ayudar a familias obreras. Varios sacerdotes y laicos de dicha comunidad religiosa se adhirieron a esta corriente y desde entonces, el
Minuto de Dios se ha convertido en un importante (mas no único) centro de difusión del movimiento
carismático en el ámbito regional, utilizando los medios de comunicación como la prensa, la radio y la televisión, organizando seminarios de iniciación (los ya mencionados "Seminarios de Vida en el Espíritu"), asambleas, congresos, misas, retiros y otro tipo de actividades.
Sin embargo, hoy existen comunidades muy grandes que son polos de desarrollo de la Renovación Carismática en todo el subcontinente. En
Brasil, por ejemplo, existen las comunidades
Cancao Nova, de Monseñor Jonas Abib y
Shalom. Según recientes investigaciones
Brasil,
India,
Filipinas, y en
África son los lugares de mayor crecimiento de la experiencia carismática a la fecha.
6El movimiento carismático tuvo un gran impulso en la década de 1970 y un crecimiento más lento, pero sostenido, a partir de los años 80.
En América Latina la Renovación Carismática ha tenido gran acogida, debido en parte a las particulares características festivas y espontáneas de su población, que además es proclive a aceptar la presencia sobrenatural como parte de la vida cotidiana.
En los distintos países latinoamericanos y en
España la
Renovación Carismática ha sido liderada por distintos grupos y entidades eclesiales, aunque se ha respetado el carácter libre del movimiento y nadie ha pretendido institucionalizarlo, como ha sucedido con otras formas y movimientos espirituales. Esto le ha permitido "impregnar" con relativa facilidad organizaciones de la
Iglesia, tanto de tipo laical como clerical o de
vida consagrada. En Europa no latina, por el contrario, la Renovación Carismática aparece como un movimiento algo más estructurado, ligado a ciertas comunidades religiosas de fundación reciente.
Organización
La renovación carismática suele tener como vehículo diversos difusores, entre ellos los "
grupos de oración", donde las personas se reúnen periódicamente para alabar, adorar y bendecir al Señor, leer las
Escrituras, ser catequizadas y compartir su testimonio de
conversión. Se organizan congresos carismáticos de alabanza para grupos en particular, como, por ejemplo, de adolescentes y jóvenes, de la vida consagrada, de matrimonios, de solteros, etc. o generales.
Adoración del Santísimo en un congreso carismático.
En la renovación carismática se encuentran dos grandes modelos de organización.
El primero, adoptado especialmente en América Latina, se centra en grupos de oración parroquial, independientes entre sí, generalmente sin estatutos ni superiores, sino solamente dirigentes, llamados también servidores, sin autoridad jurídica, pero siempre sujetos a la autoridad eclesiástica. Cada grupo elige algunos servidores que tienen como funciones principales: reunirse para discernir en la oración lo que conviene al grupo; proponer y, si es necesario, coordinar los servicios apropiados, como la acogida, orden, música (cantos para la oración), biblioteca, etc; proponer y organizar; estar en contacto con los representantes de la Iglesia; conectar con la coordinadora de la zona y en general estar siempre al servicio de los demás integrantes de su grupo o comunidad de oración.
También hay "coordinadores" zonales, regionales,
diocesanos, estatales, o departamentales, según el caso, encaminados especialmente a la organización de eventos, cursos, asambleas, etc. El único superior religioso de la Renovación Carismática es la jerarquía de la Iglesia.
El otro gran modelo de organización, es el de las
comunidades de alianza, que se dan cuando un grupo de carismáticos se compromete con estatutos, votos, diezmos y otras estructuras. Este modelo surgió en los Estados Unidos desde la Comunidad
La Palabra de Dios, y ha tenido gran difusión en países como Francia, Bélgica, Italia y Alemania. Entre las comunidades de alianza más reconocidas por su desarrollo y expansión internacional se encuentran el
Pueblo de Alabanza, la
Comunidad del Emmanuel, la
Comunidad de las Bienaventuranzas y la comunidad
Siervos de Cristo Vivo. En Brasil, 16 de ellas se agrupan en la Fraternidad de Nuevas Comunidades del Brasil (FRATER).
7Se calcula que alrededor del 12 por ciento de los católicos son carismáticos, de los cuales la mayor parte son latinoamericanos.